DEMOCRACIA Y ESPÍRITU CRÍTICO
POR SANTIAGO ÁLVAREZ DE MON, PROFESOR DEL IESE. Ex.6-7.
De todo esto, de las crisis de la democracia, de una civilización en retirada, del declive progresivo del ciudadano, de la falta de pulso de una sociedad debilitada, habló con elocuencia Antonio Muñoz Molina en su libro Todo lo que era sólido. “Eligieron fomentar la pertenencia ciega y no el conocimiento histórico, el narcisismo quejumbroso y exigente y necesitado siempre de halago y no la responsabilidad, el clientelismo y no la soberanía cívica, la grosería disfrazada de autenticidad y no la educación, la imagen y no la sustancia”. Observador atento, incisivo, no exagera Muñoz Molina. Nadie se escapa a su mirada honesta, a su fino diagnóstico, incluidos aquellos que han pecado por omisión. “Cuando la barbarie triunfa no es gracias a la fuerza de los bárbaros, sino a la capitulación de los civilizados”. Touché, ahí pone el dedo en la llaga. Son tiempos para ciudadanos informados, críticos, independientes, responsables, escépticos, a los que no es fácil dar gato por liebre, no para súbditos instalados en la frustración, el enfrentamiento y el victimismo populista.