EL “OFICIO” DE FORMADOR
Por Ovidio Peñalver, socio de ISAVIA y formador. En Equipos&Talento, nº154, septiembre 2019.
Ovidio Peñalver lleva 30 años ligado al mundo de la formación, tanto en consultoría (Andersen Consulting y Ernst &Young) como en empresas liderando departamentos de Formación y consultoría de Recursos Humanos, en Bankinter y Soluziona-Unión Fenosa, respectivamente y desde hace casi 15 años, desde su propia empresa de consultoría (ISAVIA) especializada en formación, coaching y desarrollo de habilidades directivas. Conversamos con él sobre lo que llama el “oficio” de formador.
- ¿Por qué habla de oficio y no de profesión? No hay grados universitarios ni másteres donde se prepare a formadores profesionales para trabajar en organizaciones. Existen algunos talleres monográficos (“Formación de formadores”, “Presentaciones de impacto”), de corta duración, así como universidades corporativas que preparan a sus formadores internos, tanto para impartir formación técnica como en habilidades. A ser formador se aprende de forma parecida a como históricamente se aprendía un oficio, empezabas de aprendiz, luego pasabas a oficial y de ahí a maestro. Realmente, aprendías viendo a otros expertos que hacían de mentores y tutores de tu desarrollo, hasta que alcanzabas la maestría necesaria para poderte instalar de forma autónoma o trabajar sin supervisión. P. ¿Hasta qué punto es vocacional? ¡Mucho! Yo diría que es de las profesiones más vocacionales que hay. Los formadores y formadoras “de raza” disfrutan con lo que hacen y, además, se les nota. Les encanta enseñar, provocar la reflexión y animar a la acción, todo ello mediante preguntas poderosas, juegos y ejercicios. El formador viaja habitualmente mucho, está tiempo de pie y en contacto con gente; todo ello es bastante agotador y si no te gusta, además de que se nota, sueles dejarlo o cambiarlo por otra profesión.
La entrevista sigue en www.equiposytalento.com nº154, septiembre 2019.