LA PARADOJA DEL CAMBIO
Por Santiago Álvarez de Mon. Ex. 2-10-2020.
Un ejemplo cercano. El mundo educativo se ha visto directamente afectado por el Covid-19. Durante este periodo la tradicional clase presencial ha sido sustituida o completada por la versión virtual. En unos pocos meses se han dado pasos de gigante que en otras circunstancias hubieran requerido años, adelantando un futuro que ya es presente. Bienvenida una tecnología que nos permite avanzar, salvar una situación delicada. Sin embargo, la clase de toda la vida en el aula, con todo lo que implica –nivel de atención, lenguaje corporal de los alumnos, energía del grupo, diferencia de estilos y caracteres, sentimientos movilizados…– no tiene rival, se muestra imbatible. Es como la canción del verano. Pegadiza, resultona, nos acompaña una temporada para perderse pronto en el túnel del tiempo. En cambio, los clásicos se revelan intemporales, eternos, nunca te cansas de escucharlos. Nos deslumbra lo nuevo, lo fugaz, cuando es precisamente por esas características que pasará de moda. En cambio, lo sustancial y definitivo regatea al tiempo, permanece anclado en nuestras raíces.