LA TRISTE REALIDAD DE LAS CRÍTICAS EN EL TRABAJO
Ex.16-12.
El error más común, según mi experiencia, llega no cuando la gente que hace comentarios es maleducada o poco sincera, sino cuando es poco precisa. La frase “lo estás haciendo muy bien” no aporta nada. “Lo has hecho muy bien por este motivo” resulta mucho más útil. De igual forma, decirle a alguien que lo que hace no funciona o tiene que mejorar no sirve para nada. Siempre es más recomendable tener ejemplos concretos de por qué algo no funciona y de lo que debiera hacerse de forma distinta. A veces, lleva tiempo encontrar la mejor fórmula y, en muchas ocasiones, los jefes no disponen de él o no creen que valga la pena hacer el esfuerzo. Asimismo, saber cómo hacer comentarios que sean sinceros a la vez que amables no es fácil. Hace dos años, un exejecutivo de Google, Kim Scott, escribió un libro titulado Radical Candor en el que explicaba cómo alcanzar ese equilibrio. Ya va por una nueva edición. En última instancia, la gente quiere escuchar la verdad sobre su trabajo y los jefes suelen mostrarse dispuestos a contársela. Siempre preferiría trabajar en un lugar que funciona así, por radicales que sean los comentarios.