LIDERAZGO Y EDUCACIÓN
Por Santiago Álvarez de Mon, Profesor del IESE. Ex.18-10.
Era digital, planeta global, interdependiente, un tiempo de contrastes y paradojas. Por un lado, un panorama luminoso, generoso en posibilidades inmensas, para el talento, para la mejora de la calidad de vida. Por otra parte, a nuestra disposición un arsenal de medios y herramientas adictivos para la estulticia, la mediocridad, para los más osados e ignorantes, para los profesionales del odio y el enfrentamiento. ¿Quién gana la batalla de las audiencias? ¿Quién predomina en telediarios, radios, en la red? Preguntas retóricas, basta con darse un paseo por diferentes medios de comunicación para hallar una respuesta. Si reflexiono sobre el liderazgo, existen motivos fundados para la preocupación. Tándem explosivo, Trump y Johnson, mentirosos compulsivos, arrogantes, egocéntricos, nacionalistas carentes de una visión cosmopolita, transversal del mundo, sonroja ver la influencia negativa que ejercen sobre los grandes desafíos que tenemos planteados como civilización. Por estos pagos hispanos las cosas no lucen mejor, tenemos la casa patas arriba. Desgraciadamente, las voces más radicales, más cainitas, más beligerantes se apropian de la conversación pública, dirigiéndola hacia planteamientos excluyentes. ¿Solución? Ir a la raíz del asunto. Educación, educación, educación, empezando con un conocimiento riguroso y documentado de los hechos, de nuestra historia en común. A partir de ahí, entrenar a nuestros jóvenes en el desarrollo de un pensamiento crítico, propio, personal, único antídoto contra la manipulación. Cultivar en ellos el respeto al otro, arcano singular, distinto, irrepetible, fomentar la tolerancia, el civismo, la mesura y serenidad en la defensa de sus postulados. En definitiva, educar en libertad, en la responsabilidad personal. Las aulas son una ventana anticipada, visionaria, futurista, de las urnas. Algunos despistados aún no se enteran. Sobran niñatos demagogos, incultos, obsesionados con el poder, y faltan líderes con mayúsculas.