TRES LS PARA TODA LA VIDA, “LIFELONG LEARNING”
Por José Manuel Casado, EXECUTIVE Excellence, nº 162, noviembre 2019.
En la época que nos ha tocado vivir, para seguir siendo relevantes y significativos, necesitamos disponer de una capacidad de aprender permanentemente, y renovarnos día tras día. A medida que lo raro y lo nuevo se convierte en lo cotidiano, nuestros conocimientos y experiencias pasadas se transforman en menos fiables que lo fueran años atrás; porque vivimos en un mundo en el que la incertidumbre profunda no es una casualidad o un error, sino una seña de identidad. Para sobrevivir y prosperar necesitaremos muchísima flexibilidad mental, porque tendremos que desprendernos de manera rápida y repentina de algo –puede que incluso sea de aquello que mejor conocemos–, y estamos obligados a sentirnos cómodos con lo nuevo y desconocido. Por ello, debemos abrazar la learnability, que dicen los ingleses, o lo que es lo mismo, tener incorporada una capacidad, casi innata, para aprender conocimientos nuevos y desarrollar nuevas habilidades a lo largo de toda nuestra vida, para permanecer “empleables” a largo plazo. Este LifeLong Learning significa también aprender a olvidar lo que ya no nos sirve; necesidad justificada ante el inexorable cambio de los métodos de trabajo y la aparición de herramientas y procesos tecnológicos. Este aprendizaje implica la búsqueda de conocimiento y desarrollo de habilidades de manera “continua, voluntaria y automotivada” por distintas razones, personales o profesionales. Son precisamente estas tres Ls las que nos garantizan no quedar excluidos socialmente, además de ser autosostenibles, tener valor personal y de mercado (empleabilidad), y competitividad.