LA BANCA EMPIEZA A COBRAR A LAS EMPRESAS POR DEPOSITAR SU TESORERÍA
Ex.12-11.
Era cuestión de tiempo que ocurriera. El hecho de que los tipos de interés de las operaciones de activo estén en mínimos históricos y por lo tanto tensen la rentabilidad de las entidades financieras por el descenso de los márgenes principales, apuntaba a que, como reacción, los bancos reducirían al máximo posible lo que remuneran por la captación de recursos.
A su favor jugaba el hecho de que el BCE tiene abierto el grifo de la barra libre de liquidez a tipos prácticamente cero, no solo a corto plazo sino también en el largo plazo. Gracias a ese factor las entidades han rebajado sus costes de pasivo en los dos últimos ejercicios hasta niveles insospechados, especialmente en lo que se refiere a la remuneración de los depósitos de particulares. El suelo de esta rebaja está cerca del 0,4%, según los bancos, hacia el que se dirigen de manera rápida. La realidad muestra, además, que los bancos no tienen alternativas claras a la hora de invertir sus excedentes de liquidez. Los bancos españoles tienen cien millones de euros depositados en el Banco Central Europeo por los que ahora tienen que pagar. Si tuvieran alternativas razonablemente seguras donde invertir una parte de esos recursos lo harían, porque preferirían obtener una rentabilidad, aunque fuera pequeña, que pagar porque se los guarden.