LA EDUCACIÓN FINANCIERA ES UN TEMA CLAVE PARA FOMENTAR LA INVERSIÓN A LARGO PLAZO
El País Negocios 11-12.
España ocupa el furgón de cola en cuanto a conocimientos financieros. Los ciudadanos deben tener nociones para tomar decisiones adecuadas. La educación financiera consiste en enseñar a la gente conceptos básicos y no tanto de hablar de productos concretos. (Javier Dorado de JPMorgan).
EL PAPEL DE LOS BANCOS: El ciudadano no es el único que debe asumir responsabilidades en la mejora de la educación financiera. Las propias entidades tienen que desarrollar una actitud más proactiva. Es verdad que la crisis se ha llevado por delante un número importante de jugadores de la industria, pero en España todavía existen más de 31.000 oficinas bancarias (frente a las más de 44.000 que había antes de que estallase la recesión). Un auténtico apostolado para difundir la cultura financiera. “España es un país muy bancarizado. Tener tantos puntos de venta debe ser la casilla de partida para transmitir los conocimientos a los clientes. Y el primer paso para lograrlo es la formación de los propios empleados de las redes bancarias”, comenta Javier Dorado. El poder de la red de oficinas a la hora de comercializar productos con los que satisfacer las necesidades puntuales de la entidad, con independencia de si estos se ajustan al perfil del cliente, es una realidad que ha quedado patente en múltiples ocasiones.
Por eso, algunos expertos tienen dudas de que los bancos quieran ahora cambiar ese paradigma. “Llevamos 20 años oyendo que hay que ir hacia una política de clientes y no de productos, pero no acaba de ser así”, señala Manuel Romera, director del sector financiero del Instituto de Empresa. En su opinión, la educación financiera está muy vinculada a la oferta y la demanda. “La cultura financiera debería servir para que cada persona asuma el nivel de riesgo que le corresponde en función de sus necesidades”.