LA GRATITUD, UN BIEN ESCASO. EL NIÑO DESCALZO
Blog grupo FINSI. 10-7-2018.
Una mujer que paseaba en una fría tarde de invierno se dio cuenta que había un pequeño niño parado y descalzo frente a una tienda de zapatos temblando de frío. Al verlo, se acercó y le dijo: “Cariño ¿Qué estás mirando con tanto interés en esa ventana?”. Él la respondió: “Le estoy pidiendo a Dios que me dé un par de zapatos”. La mujer, con el corazón abierto lo tomó de la mano dulcemente y lo llevó adentro de la tienda pidiendo a un empleado media docena de pares de calcetines y un par de zapatos para la criatura. Asimismo, preguntó si podrían facilitarla agua y una toalla, a lo cual el empleado de la tienda asintió inmediatamente. La mujer llevó al niño a la parte trasera de la tienda y con cariño y paciencia empezó a lavar los pies del niño, se los secó, y luego le colocó las medias y los zapatos. Tras eso acarició al niño en la cabeza y dándole un abrazo le dijo: “¡Seguro que ahora te sientes mucho más cómodo y calentito!”. Y mientras ella se daba la vuelta y se disponía para marcharse, el niño muy feliz, la alcanzó y la tomó de la mano y mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó: “¿Es usted la esposa de Dios?” La mujer con una leve sonrisa le respondió: “No, solamente soy una persona agradecida. Anónimo.
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