LA MIFID II A EXAMEN: NO FALTAN NORMAS, FALTA DISCIPLINA EN EL MERCADO
Revista de Derecho del Mercado Financiero. 22-4
Información recibida del Departamento de Comunicación del despacho de Abogados Fernando Zunzunegui.
Una de las consecuencias más inmediatas de la crisis financiera de 2008 fue la de responder a la necesidad de mayor gobernanza en la regulación del mercado de valores. Para contestar a esta cuestión, la Unión Europea aprobó la Directiva 2014/65/UE, relativa a los mercados de instrumentos financieros (MiFID II), que tiene el objetivo de aumentar la transparencia y la protección del inversor. Su aplicación es de obligado cumplimiento a partir de enero de 2018. Pero, ¿Cómo recibirá la banca esta directiva? ¿Qué implicación tendrán los asesores financieros y demás actores con la llegada de MiFID II? Para tratar estas cuestiones, Chartered Institute for Securities and Investment (CISI) ha reunido a profesionales de destacada experiencia–abogados, profesores universitarios, personal técnico, EAFIs y directivos del sector bancario- en un seminario celebrado el 21 de abril en el Ateneo de Madrid. Es necesario recordar que MiFID II es el código del mercado de valores de la Unión Europea que regula los sistemas de negociación, la información al mercado y la protección del inversor.
En este código hay una “gran novedad”, en palabras de Zunzunegui, que son las exigencias de formación del personal de las entidades que se relaciona con los clientes y la que prohíbe los incentivos a asesores independientes y gestores de carteras. El profesor sostuvo en su intervención que esto “va a suponer un cambio de modelo”, y entró de lleno en la necesidad de impulsar un cambio de cultura bancaria. El problema, a su juicio, radica en este cambio de cultura. Reclamó situar en primer lugar el interés del cliente. “Es indispensable que los empleados formados como comerciales pasen a recibir una formación como prestadores de servicios. Es un complemento para recuperar la confianza en la banca el que se cualifique y se certifique, lo que va a ser obligatorio a partir del 3 de enero de 2018”, destacó.
El segundo panel trató sobre la formación financiera y los distintos actores –EAFIs, asesores independientes, personal bancario o internet- que pueden ofrecerla. Se habló de las nuevas oportunidades pero también de las amenazas o “ruido” que puede provocar asesorarse por internet sin recurrir a un experto. Lo inauguró Jesús López Zaballos, Director de la Fundación de Estudios Financieros (FEF), quien intentó descriminalizar a la banca sin restar responsabilidad en su actuación durante la comercialización de productos financieros. “Yo no estoy de acuerdo en que la banca lo haya hecho mal en todo. Hay que poner en valor a los asesores financieros. Yo le pediría a la CNMV igualdad en la competencia. Que lo que a mí me exigen para ser EAFI sea similar a lo que se pide a la banca”. Zaballos reclamó que la “ética y la integridad” esté presente, pero de una forma práctica. Para ello, puso un ejemplo: se debe saber si uno está cometiendo un conflicto de interés.
Desde Caixabank, Silvia Ciurana, contó su propia experiencia en el desarrollo de un plan de formación de asesoramiento financiero online, aunque dio especial importancia a los actores externo que evalúan a sus empleados. “Las notas no las ponemos nosotros. La formación, que en parte ha sido interna, también necesitaba de expertos externos, como por ejemplo el CISI y la Universidad Pompeu Fabra, que certifican que esas personas están preparadas para asesorar de manera excelente a nuestros clientes”. Ciurana destacó que ya son 7.000 personas formadas, pero que “debe haber continuidad” en este campo, ya que “lo que vale hoy quizá no valga para dentro de seis meses, por lo que la formación debe ser continuada”.
Xavier Puig, doctor en Economía de la Universidad Pompeu Fabra, consideró que lo que ha ocurrido “no ha sido tanto por falta de formación sino por las presiones de comercialización. La formación tiene que ser útil, rigurosa, clara, aplicable y práctica”, destacó.