PAU GASOL
[et_pb_section][et_pb_row][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_image admin_label=”Imagen” src=”http://gref.org/blog/wp-content/uploads/2015/09/Pau-Gasol.jpg” show_in_lightbox=”off” url_new_window=”off” animation=”left” sticky=”off” align=”left” force_fullwidth=”off” always_center_on_mobile=”on” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid” /][et_pb_text admin_label=”Texto” background_layout=”light” text_orientation=”left” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid”]
De un artículo de Santiago Álvarez de Mon en Expansión 23-09.
Algunos trazos sobre un deportista tan singular.
Teniendo un talento descomunal, una facilidad natural para el baloncesto, pueden pasar desapercibidas su constancia, voluntad y capacidad de trabajo. He visto entrenar a Pau Gasol, y puedo asegurar que el trabajo, la práctica, arropan y fortalecen su instinto y don innatos para el juego. Sólo a través de la repetición se pueden automatizar los movimientos y jugar sin pensar demasiado, sin obsesionarse con la victoria. La semifinal contra Francia obligó a meter una marcha adicional. Destacaría tres cosas. Una, su increíble capacidad de concentración. Dos, su “frialdad” para navegar en la tormenta. Tres, su demostración de carácter y determinación fue sensacional. Hay momentos en que el ser humano es imparable, lo que hace tiene sentido, hay una tarea que culminar. Pau se echó al equipo a sus hombros, lideró desde el corazón, sirvió de ejemplo para todos sus compañeros. Así se explica la gratitud y el reconocimiento unánime de todos ellos. No es poder, jerarquía, estatus, es liderazgo en su acepción más noble. Felicidades Pau, un español universal, admirado y querido, uno de nuestros mejores embajadores, un referente indiscutible para un país escaso de ellos.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]