SERVIR, TEST DEL LIDERAZGO
Por Santiago Álvarez de Mon. Ex. 24-9-21.
El Evangelio del último domingo contenía un pasaje importante y familiar. “Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. Mandato decisivo, prioritario, exigente, comprometedor, para cualquier cristiano que quiera vivir honesta y humildemente su fe, es una máxima que, pienso, aplica a cualquier persona de bien que, independientemente de sus convicciones religiosas, aspire a tener una vida fecunda de entrega y generosidad. El verbo servir representa la cumbre de una persona inteligente, sencilla, trabajada a sí misma, conocedora de sus emociones y afectos más íntimos, de sus ilusiones y temores, de sus sueños y frustraciones, de sus certezas y dudas, de los rasgos más distintivos de su carácter, de los valores que inspiran su itinerario vital. Producto de ese encuentro con el hondón misterioso de cada uno, de esa luz interior, más allá de las sombras siempre acechantes, los demás, el prójimo, aparecen en el radar de cualquier hombre o mujer que se sabe participe de una comunidad necesitada de su mejor versión. Gandhifija claramente la secuencia natural de un proceso de aprendizaje y crecimiento. “¿Quieres cambiar el mundo?, empieza contigo mismo.” Un viaje largo, difícil, agotador, arranca curiosamente con pasos cortos hacia estancias tan cercanas que nos pueden resultar desconocidas. Teresa de Calcuta, una gigante comprometida con la suerte de los más pobres, los que dramáticamente sobreviven en la periferia, exclama sin complejos: “Si no vives para servir, no sirves para vivir”. Algo más que un ocurrente juego de palabras, define los criterios de evaluación de un liderazgo transformador. Y Santiago termina así: Anestesiada la conciencia, el lenguaje corporal habla por sí solo. Demasiado “líder” con cara avinagrada, enfadado con la vida. ¿Solución?, dejar de mirarnos obsesivamente al ombligo, salir al encuentro del otro, darse incondicionalmente. Es el camino que lleva a la libertad, a la paz, a la alegría de vivir, al único liderazgo en el que creo. Como dice la Madre Teresa: “Lo que más hace feliz. Ser útil a los demás”. Ver artículo entero en el enlace: