VOLSWAGEN: CRISIS DE CONFIANZA
De un artículo de Santiago Álvarez de Mon en Ex.7-10.
No solo el bienestar de una nación, el conjunto de nuestras relaciones profesionales, sociales, familiares, depende del nivel de confianza que seamos capaces de suscitar en nuestro interlocutor.
Trabajo artesanal, diario, paciente, la confianza se construye día a día, asentada sobre la competencia profesional y sobre los valores una persona honesta. Señorita frágil, cristal delicado, puede saltar hecho añicos en un santiamén después de años de ejemplo y esfuerzo cotidianos.
Algunas reflexiones:
¿Quién es el responsable de tamaño desaguisado? Como suele ocurrir, a mí que me registren. El autor se hace una serie de preguntas que terminan con una referente al papel del consejo de Vigilancia que cuenta con una representación del 20% por parte del Estado de Sajonia. La calidad del gobierno corporativo del grupo – afirma – queda seriamente en entredicho. Se debería empezar por hacer negocio de manera más limpia y responsable, y a partir de ahí desarrollar una identidad solidaria y comprometida con el resto del mundo.
¿Cómo queda el prestigio de la marca, la reputación de la empresa? Decir Volkswagen era decir fiabilidad, calidad, servicio, consistencia, precisión, seguridad, de ahí el plus que el cliente estaba dispuesto a pagar.
¿Y ahora?. Lección difícil para Volkswagen, para un país que depende del buen nombre de su industria, y para el resto de Europa. Mucho nos va en juego en el marco de una economía global, competitiva y donde cada vez es más difícil ir de pícaro por la vida.