TRIPLE E: EMPATÍA, ENERGÍA, ENTUSIASMO
Por Juan Antonio Sagardoy Bengoechea. Abc.es 14-2-24.
Hace ya tiempo que, sin afán de agotar el tema, resumí las claves para tener una vida lo más plena posible en tres palancas: empatía, energía y entusiasmo. La empatía, entendida como la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos, tiene un camino de ida y otro de vuelta: nos hace felices practicándola y hacemos feliz a la vez a quien recibe nuestro afecto y cercanía. Podemos decir que la empatía es una cualidad personal y la simpatía es la práctica de aquella en nuestro trato con los demás. La energía se entiende muy bien considerando la cualidad contraria, que podríamos definir como vagancia, dejadez, indiferencia o apatía. El poner en todo lo que hacemos energía supone creer en nuestros propósitos y tener un afán de conseguirlo y desde luego tiene una clara dosis de contagio. La energía, además, presupone una convicción íntima: si te gratifica lo que debes hacer, serás más feliz, y si lo odias, serás esclavo de lo que haces. Respecto al entusiasmo, de las acepciones que se otorgan al término yo me quedo con la que es una adhesión fervorosa y animosa que mueve a favorecer una causa o empeño. Una de las cualidades que supone un tesoro personal es poner entusiasmo en todo lo que hacemos, obviamente, en todo lo que hacemos con un sentido positivo para nuestras vidas. En definitiva, todas las reflexiones anteriores nos llevan a concluir que lo más importante de nuestras vidas es la felicidad. Para ser feliz hay que conseguir que lo sean aquellos que nos rodean y a los que queremos. No se puede ser feliz en solitario, pues el examen final de nuestra vida será de amor, y amar es compartir. No hay enlace gratuito. ELIGIENDO UNA ACTITUD por Santiago Álvarez de Mon. Ex.16-2-24. Termina su artículo así: El mundo precisa dramáticamente de ciudadanos de mirada limpia, incisiva, responsable, humilde, curiosa, esperanzadora, valiente. Actitud encomiable, de nosotros depende.