ABCEMPRESA 14-2.
Pero, más allá de niveles, hay que hacerse obligatoriamente la pregunta de hasta qué punto es preocupante lo que ocurre en la economía. José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, percibe un desacoplamiento entre la situación de la economía financiera y la real. Afirma que hay crisis de confianza y cree que para resolverla es necesaria una mayor transparencia coordinada a nivel internacional, con China, Europa y su banca, posiblemente, como principales protagonistas. También demanda una mayor claridad por parte de los bancos centrales. Esta semana, las intervenciones de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, ante el Congreso y el Senado de EE.UU. inyectaron más inquietud porque reconoció que la inestabilidad de los mercados financieros pueden repercutir negativamente en la economía real. Según BBVA, la probabilidad de una recesión en EE.UU. ha aumentado hasta el 25%, aunque reconocen que hay indicadores, entre otros la curva de tipos, que se está aplanando, que recogen una probabilidad mayor. Pero según los expertos de Banca March, los indicadores adelantados en EE.UU. no son acordes a una contracción. Tampoco en su opinión los datos macro a nivel global se han deteriorado hasta el punto de hacer temer una recesión. Apuntan, además, a la solidez del consumo como soporte para la economía mundial. Pero el analista financiero Juan Ignacio Crespo apunta que ya hay economías en recesión, como Rusia y Brasil; otras, en estado delicado, como Finlandia y Suiza; y otras en recesión industrial, como EE.UU. o China.
El deterioro financiero no viene sólo de la caída de las Bolsas. También obedece a una quizás incipiente crisis bancaria con epicentros principales en las dudas de solvencia sobre Deutsche Bank, en la escasa eficacia que se adivina en las medidas adoptadas por Italia para sanear a su banca y en Société Générale, que esta semana ha presentado unos resultados tras los que se hundió un 12% en Bolsa. Todo el sector financiero europeo se ha visto contagiado. Y ello puede ser el preludio de un «credit crunch», de un nuevo racionamiento de crédito que afecte a la recuperación europea.