Ex.9-1.
Para la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) las malas prácticas comerciales persisten en el sector financiero porque, entre otras razones, los empleados encargados de las ventas operan motivados por una retribución vinculada a incentivos equivocados; al volumen de ventas.
Una de las reglas de oro es que la retribución del personal no esté solo ligada a un objetivo cuantitativo de venta, y otra, que no promueva la comercialización de un producto o de una categoría específica por encima de otros, como aquellos que resultan más rentables o convenientes para el banco en un momento determinado frente a otros que lo son menos. Subraya que cuando se refiere a la retribución del personal en general, no alude exclusivamente a pagos económicos, sino también a otras fórmulas de recompensa como prestaciones, cobertura sanitaria, aportaciones a planes de pensiones, promociones laborales, e incluso vacaciones o libranzas.
La EBA desaconseja expresamente determinadas prácticas que califica de indeseables, como que los bancos organicen competiciones entre los empleados para que superen determinados umbrales de venta para obtener premios. A cambio, aconseja otras, como que la variable se difiera en el tiempo y pueda reducirse o eliminarse debido a las quejas o reclamaciones de clientes. El objetivo de la EBA es que se alineen los incentivos de los empleados y los intereses de los clientes, en beneficio de estos últimos, pero también de los bancos que, de esta forma, encararán menos riesgos de multas y penalizaciones por mala comercialización.