De un artículo de Ramón Oliver en El País 2-1-16.
Trasladado al mundo empresarial, el talento se suele entender como “la capacidad de un profesional para producir resultados positivos o destacados de una forma sostenida en el tiempo”, explica Alberto Blanco, director general de Grupo Actual. Un concepto que, añade, con frecuencia se utiliza erróneamente. ”Muchas veces cuando se habla de talento en realidad se está queriendo decir ‘potencial’, que es la presunción de que un profesional puede llegar a producir resultados en el futuro. Pero para que haya talento debe haber contribución. Rafa Nadal tiene talento porque gana, pero cuando tenía 10 años y comenzaba a destacar en el tenis lo que tenía era mucho potencial”.
La facultad para lograr esos resultados que definen el talento depende, en opinión de Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, de tres factores: capacidad, compromiso y acción. En otras palabras, “sea lo que sea lo que hagas en tu trabajo, hay que tener los conocimientos y habilidades necesarias para hacerlo, hay que querer hacerlo y hay que hacerlo en el tiempo en el que tiene que hacerse”, comenta. Para esta experta, una pregunta clave sería: ¿te gusta lo que haces? “Es muy difícil convertir algo que no te gusta en talento. Lo convertirás en trabajo, pero el talento tiene que ver con conseguir resultados extraordinarios, y eso está vinculado a la pasión”, afirma.
Alberto Blanco, sostiene que parte de esa rotación podría evitarse si las empresas evolucionaran sus sistemas de evaluación hacia modelos menos burocratizados y más dinámicos. “Muchas organizaciones siguen midiendo el talento a través de evaluaciones de desempeño anuales o semestrales en las que te sientas con tu jefe a analizar lo que has hecho bien, lo que has hecho mal y cómo podrías mejorar. Se ponen unos objetivos acordes con los de la compañía y hasta el año siguiente. Pero ese modelo es un fracaso. Las personas, especialmente los jóvenes, no pueden esperar un año para saber en qué punto está su carrera”.
¿La solución? El director general de Grupo Actual aboga por articular “un sistema de evaluación lo más continuo posible a partir de la observación de los jefes directos, de manera que sean estos quienes dispongan de herramientas para medir de un modo objetivo a sus equipos en cualquier momento”.