Ex.18-12.
Los bancos están cerrando en estos días los acuerdos, bilaterales o de grupo, sobre su política de cobro de comisiones por la utilización de las redes de cajeros automáticos para extracción de efectivo. Las nuevas tarifas entrarán en vigor el próximo uno de enero y antes deben darlas a conocer a sus clientes.
Los tres grandes (CaixaBank, Santander y BBVA ordenados por el número de máquinas de que disponen en su red de oficinas) mantienen su decisión de no cobrar a sus clientes por estas operaciones y repercutir a los demás bancos emisores de tarjetas entre 1,5 y 2 euros por cada operación que los titulares de éstas lleven a cabo.
El resto de entidades se ha agrupado en dos grandes bloques: uno formado por la red Euro 6000 (los bancos surgidos de buena parte de las antiguas cajas de ahorros: Unicaja, Ibercaja, Abanca y Kutxabank), Bankia y Sabadell; y el segundo integrado por Popular, Bankinter y la mayor parte de las cooperativas de crédito agrupadas en torno a Cajamar. Estos dos grupos han alcanzado acuerdos distintos incluso dentro de ellos. En todo caso, lo que recoge la norma dictada por el Ministerio de Economía, después de haber tenido en cuenta las sugerencias del Banco de España al respecto es que el banco propietario del cajero a quien cobra no es al usuario final sino el banco emisor de las tarjetas y que éste es quien al final decide si le repercute total o parcialmente la comisión a su cliente.