A PROPÓSITO DE LA EDUCACIÓN FINANCIERA
[et_pb_section][et_pb_row][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_image admin_label=”Imagen” src=”http://gref.org/blog/wp-content/uploads/2015/10/formacion-financieraok.jpg” show_in_lightbox=”off” url_new_window=”off” animation=”left” sticky=”off” align=”left” force_fullwidth=”off” always_center_on_mobile=”on” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid” /][et_pb_text admin_label=”Texto”]
De un artículo de Beatriz Morilla, Asesora de la AEB, en Cinco Días 6-10.
Se trata de que nos sintamos cómodos cuando hablemos con nuestro banco, que entendamos las opciones de pago de las tarjetas que tenemos, que sepamos la relación entre riesgo y rentabilidad, cuál es nuestra capacidad de ahorro y cómo esta capacidad varía a lo largo de nuestra vida. En definitiva, aprender lo necesario para tener el control de nuestra economía, algo básico para el día a día de todo el mundo.
Para hacer este deseo una realidad, los bancos tienen que estar ahí en primera fila, y así lo han demostrado desde hace ya tiempo. Todo el sector bancario español entiende, al menos esa es mi experiencia, que la mejor contribución que puede hacer para crear una sociedad mejor es elevar el nivel de la educación financiera de todos los ciudadanos, sean clientes o no. Este compromiso de los bancos de mejorar los conocimientos financieros prácticos de todo tipo de colectivos es aún más firme cuando se trata de programas dirigidos a niños y jóvenes, porque la experiencia indica que cuanto antes se empiece, mejor. Tendremos que darnos prisa, porque el mundo avanza a gran velocidad, y los grandes retos del futuro están ya aquí. Para afrontarlos, no hay mejor arma que la educación. De eso, a nadie le cabe la menor duda.
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