ESPERANZA POR SANTIAGO ÁLVAREZ DE MON
Ex. 29-1-21.
En oposición a esto (se refiere al turista que visita el mar o las montañas para descansar, pero después vuelve a su asfixiante rutina) me gusta la imagen del peregrino, aquel que se descentra y así puede trascender. Sale de sí mismo, se abre a un nuevo horizonte y cuando vuelve a casa ya no es el mismo”. Renovado, sabiéndose vulnerable, más humilde, prudente, agradecido por el don de la vida, cosido al presente, única plataforma real para ascender al futuro, el Papa reivindica dos cualidades distintivas: “¿Cuál es el fruto más grande de un “Covid personal”? Diría que la paciencia, condimentada con un sano sentido del humor”. Virtudes de las personas más sabias y sencillas, ligeras de equipaje no se toman a la tremenda, resultan imprescindibles para vadear la tormenta y llegar a buen puerto. Como postre, el Papa cita un poema hermoso del cubano Alexis Valdés, titulado Esperanza. Con algunas estrofas finalizo.
Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
Y seamos sobrevivientes
De un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
Y el destino bendecido
Nos sentiremos dichosos
Tan solo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
Al primer desconocido
Y alabaremos la suerte
De conservar un amigo.
Y entonces recordaremos
Todo aquello que perdimos
Y de una vez aprenderemos
Todo lo que no aprendimos.
Entenderemos lo frágil
Que significa estar vivos
Sudaremos empatía
Por quien está y quien se ha ido.
Cuando la tormenta pase
Te pido Dios, apenado,
Que nos devuelvas mejores,
Como nos habías soñado.
Recomendamos la lectura íntegra del artículo en ESTE ENLACE.