DIRIGES SI ESCUCHAS, GOBIERNAS SI COMUNICAS
Un artículo de Enrique Sueiro, publicado en Cinco Días 9-12.
Comunicar bien y hablar mucho se confunden con frecuencia. Es posible emitir muchos mensajes y generar incomunicación, aumentar la incertidumbre… Este fenómeno salta a la vista y al oído en nuestra actual era del ruido. En ese contexto merece elogio el silencio fértil, el que permite escuchar para comprender, empezando por uno mismo.
Como todo lo bueno, cuando se desconecta de la prudencia, se torna letal y, en el ámbito que nos ocupa, puede cristalizar en silencio tóxico. No es fácil discernir cuándo callar y, si se opta por hablar, atinar en el qué, cuándo, cuánto y cómo. Hay situaciones en las que callar es imprudente.
Primar la verdad a costa de la benevolencia siembra crueldad prescindible, mientras que priorizar la delicadeza en detrimento de la verdad genera sentimentalismo estéril.
Diriges si escuchas. Gobiernas si comunicas.