AL PODER A TRAVÉS DE LA MENTIRA
De un artículo de Santiago Álvarez de Mon en Expansión 27-1.
¿Cuántas personas de uno y otro lado ideológico abrazarían un generoso plan de reformas? ¿Por qué entonces no se explora un terreno común, desde las singularidades y diferencias de cada partido? No perdamos el tiempo buscando la respuesta. Lisa y llanamente, el poder, droga dura para los mediocres, es la razón oculta de los comportamientos que estos días tienen lugar. ¿Qué hemos hecho mal para llegar a esta encrucijada? Un país en marcha, vibrante, volcado en su expansión internacional, integrado definitivamente en Europa, con empresas pujantes, con profesionales dotados de un inmenso talento, pendiente de un iluminado revanchista, de un socialista bisoño, codicioso y de la tropa que les observa, la jungla de partidos que sueña con romper España.
Confiado en la reacción de las mejores cabezas –en el partido socialista hay gente sensata que con esto no puede comulgar–, recupero a Paz. Estamos en 1968. “Es incongruente –desde un punto de vista moral tanto como sentimental– mi permanencia en el servicio exterior mexicano. Precisamente había ya iniciado el trámite para obtener mi retiro. Lo que pasa ahora me revela que lo debería haber hecho antes. Todo esto me tiene apenado, avergonzado y furioso, con los otros y, sobre todo, conmigo mismo.” Más vale tarde que nunca. Tiempos para que cada uno se enfrente a sí mismo, se libere de la presión opresora del poder, encuentre la paz interior y actué según le dicte su conciencia.