EL DINERO ESTORBA
De un artículo de Emilio Ontiveros en El País Negocios 21-2.
El dinero es sucio, opaco, costoso de manejar y un factor de perturbación para el control de la actividad económica. No puede decirse que los billetes y monedas tengan los días contados, pero su manejo seguirá decreciendo, ya sea por la extensión de la racionalidad asociada al uso de medios de pago electrónicos, o por la directa imposición de las autoridades. Hace unos meses conocimos la iniciativa del nuevo gobierno danés tendente a la supresión del efectivo en transacciones normales, estableciendo su erradicación definitiva en 2030. De menor alcance, pero complementaria de la anterior, es la iniciativa adoptada por la Comisión Europea y respaldada por el BCE, dirigida a la supresión en la eurozona de los billetes de 500 euros. Lo que sí parece claro es que desaparecería una de las facilidades para el crecimiento de la economía sumergida, además de fomentar la alfabetización digital de la población. No será un empeño fácil. La liquidación del dinero convencional, la extensión de los medios electrónicos de pago, exige confianza en los sistemas bancarios, pero también en las propias tecnologías.
La seguridad es la condición necesaria para que esas iniciativas prosperen y compensen la aparente reducción de libertad de algunos ciudadanos. Y la eventual pérdida de ingresos de señoreaje que todo banco central obtiene por la emisión de moneda.