FRASES PARA LA REFLEXIÓN
En esta ocasión recojo una emotiva y aleccionadora historia que recoge José María Gasalla en su Blog, que dice así: En un hospital, dos pacientes que padecían un gran dolor se encontraban en cuidados intensivos. El que estaba al lado de la ventana, sin importarle el dolor que sentía, le describía a su compañero el espectacular paisaje que tenía frente a él. Se pasaba las horas contándole, con lujo de detalles, cómo los patos abrían sus alas y volaban sobre aquel hermoso lago azul, y cómo los niños corrían incansablemente tratando de alcanzarlos. Le describía magníficos atardeceres, con el sol reflejándose en el agua. Todas estas historias llenaban de satisfacción y alegraban las horas de dolor del compañero. Hasta que un día, el paciente de la ventana apareció muerto. Sorprendido y con gran tristeza, al ver que la cama quedaba desocupada, con voz entrecortada pidió a la enfermera que le cambiara a la cama del difunto y querido amigo. La enfermera le cambió de lugar y él muy feliz, le pidió que le levantara el espaldón de su cama para ver el atardecer en el lago que su amigo describía tan pictóricamente. La enfermera le preguntó :¿De qué lago y de qué atardecer está hablando?. Esta ventana da contra un muro viejo y sucio del edificio de enfrente. Él le dijo:”No puede ser, levánteme porque mi amigo siempre me describía con lujo de detalles las cosas tan lindas que veía por la ventana.. Más sorprendida la enfermera le contestó: “Es imposible que su compañero hubiera visto eso, porque en el accidente que tuvo, él perdió la visión. Con lágrimas en sus ojos, en ese momento, el apreció aún mas a su compañero, quien a pesar del dolor que soportaba, siempre trató amorosamente de distraerlo para aminorarle el dolor que estaba padeciendo y evitar, así, que éste se transformara en sufrimiento. Gracias José Mª, por recoger esta preciosa historia, tan representativa de la generosidad y espíritu de servicio hacia el otro.