DE LA MOTIVACIÓN A LA OBSESIÓN
Por Santiago Álvarez de Mon. Ex. 17-9-21.
Final del Abierto de EEUU, Djokovic contra Medvédev. Djokovic ansiaba tanto ganar, era tan consciente de la gesta, que el peso de la responsabilidad le pudo. Si no se introduce un toque de relajación, de humildad, que permita relativizar el desafío, no es de extrañar que hasta los jugadores más fuertes se rompan. ¿En qué medida aplica esta explicación al desarrollo de nuestras carreras profesionales? Salvando la distancia, sinceramente pienso que se pueden extraer lecciones valiosas. Conozco hombres y mujeres que en mayor o menor medida pueden incurrir en los mismos “pecados” que Djokovic. A continuación el autor reproduce algunas escenas habituales donde se puede colar una motivación exagerada: Una entrevista de trabajo, una presentación al comité de Dirección, una conferencia a un auditorio repleto. Moraleja, hagamos nuestros deberes, exprimamos nuestros talentos, esforcémonos, desarrollemos hábitos sanos, cosámonos al aquí y ahora… y lo que tenga que ser, será. Podemos perder el partido exterior, pero en cambio ganar el que se juega en el interior de nuestra cabeza. Desde esa armonía personal, todo es posible.