EL BCE, A POR LOS DIVIDENDOS Y LOS JARRONES CHINOS DE LA BANCA
ABC.ES, 12-7-2020.
Lagarde sigue de cerca el impacto del Covid-19 y quiere que los beneficios vayan a fortalecer balances durante todo 2021 para agilizar la renovación del panorama bancario. Pero la decisión estaba tomada. Así se lo comunicó el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), dependiente del BCE, presidido por Andrea Enria, a finales de marzo, casi recién confinados como quien dice, pero tan tímidamente que tuvo que lanzar por dos veces el recado, porque el primero no fue lo suficientemente contundente como para sonar a «de obligado cumplimiento» a pesar de ser «recomendación». La idea inicial era cristalina: todas las facilidades que se pusieron a disposición de los bancos eran –son– para financiar la economía real, no para premiar a los accionistas o directivos. Ni se pagan dividendos ni se recompran acciones. Hasta, al menos octubre, se decidió. Y es que el regulador bancario tiene claro que todas las facilidades para los bancos lanzadas por los estados tienen que servir para que las entidades presten más dinero a las empresas, autónomos y familias que sufren el impacto del Covid-19. Por ello, quiere que todo el colchón adicional que generen las entidades y el que tuvieran de antemano sea para financiar la economía y, ojo, para reforzar sus reservas, no para remunerar al accionista o a sus directivos.