UNIVERSIDAD PARA LA SOCIEDAD
ABC, 27-2. De un artículo de Manuel Villa-Cellino, Presidente de la Fundación Antonio de Nebrija.
La Universidad de hoy tiene que mirar a un mundo que se está configurando a cada momento y que aún no sabemos cómo será. Un porcentaje muy importante de las profesiones en las que trabajarán los estudiantes de hoy aún no se conocen, no se estudian.
Y ¿cómo se prepara uno para aquello que no sabe cómo es?. Las Universidades han de ser capaces de dotar a sus estudiantes de las herramientas, las destrezas, las capacidades necesarias para enfrentarse con garantías a ese incierto futuro, del que sí sabemos algunas cosas. Van a necesitar capacidad de expresión, capacidad de aprender. Van a necesaitar afanarse en el aprendizaje transformador, que les estimule aspectos creativos para enfrentarse y resolver situaciones nuevas, van a tener que hacer del emprendimiento una alegre bandera, lo que implica, por cierto, aprender a fracasar, saber que caer forma parte del camino y que levantarse es aprender. Y han de aprender solidaridad para ser ciudadanos completos y vivos. Es decir, tenemos que procurar una formación trasversal en la que los estudiantes han de estar sometidos a múltiples estímulos diferentes que les preparen el mundo.
Y termina el artículo con la frase atribuida a Unamuno de “renovarse o morir”. Quizá nunca tan cierta – añade – y tan acuciante para la Universidad como ahora.