EL ARTE DE PEDIR EN EL TRABAJO
De un artículo de Ramón Oliver, en El País Negocios. 10-7.
“Cuando un empleado tiene que pedir es que algo no funciona como debería en la política de gestión de recursos humanos. En una cultura organizativa adecuada la propia empresa tiene mecanismos para premiar o reconocer los méritos de sus trabajadores”, sentencia Richard Mababu, profesor de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA). Para Gema Monedero, Socia-Directora en Ackermann Beaumont, el sistema también debería ser lo suficientemente avanzado para ayudar al empleado a hacerse responsable de su propia carrera. “Si hay buenas herramientas todo queda formalizado y ese empleado sabe en qué punto se encuentra su carrera. Conoce el tipo de comportamiento que se espera de él, los huecos que existen para una posible promoción o el nivel de adquisición de competencias que le falta para pasar al siguiente nivel”, comenta.
Pero cuando esas circunstancias ideales no se dan, el silencio del trabajador no ayudará a sacar a la empresa de su ceguera. “Hay muchísimas ocasiones en las que en la organización no tienen ni idea de que a ese empleado le habría gustado participar en un determinado proyecto o trabajar en una de las sedes del extranjero. Porque nunca lo ha manifestado”, asegura Miriam Ortiz de Zárate. Además, añade Pilar Jericó, “para un jefe es muy cómodo tener a un colaborador que no se queja y que nunca pide nada”. En general, concluye Ortiz de Zárate, en la empresa se levanta poco la mano para pedir. “Porque se tiende a pensar, además, que si pedimos algo y nos lo conceden, quedamos automáticamente en deuda y con muchos ojos pendientes de nosotros”.