ASÍ ESTÁN RESPONDIENDO LAS EMPRESAS ANTE LA LEY QUE REGULA EL TELETRABAJO
Por Montse Mateos. E&E 30-1-21.
Tras una semana de aplicación de la ley de teletrabajo, las empresas priorizan la gestión de las personas en pandemia mientras advierten de las trabas para cumplir con una norma que, en su opinión, tiene escaso margen negociador. Según Teresa Salinas, counsel del Departamento de laboral de Eversheds Sutherland, la principal preocupación de las empresas es el exceso regulatorio y exhaustividad sin precedentes de la misma en deterjminados aspectos de la relación. Así Juan Manuel Rueda, director general de personas, organización y comunicación de Santalucía Seguros, recuerda que esta ley obliga “a fijar un inventario pormenorizado de todos medios puestos al alcance del trabajador, así como el establecimiento de un periodo de amortización. La regulación más detallada de este capítulo se deja en manos de la negociación colectiva, lo que puede dar lugar a la ralentización de la aplicación del teletrabajo”. Rueda aclara que el último Real Decreto sobre teletrabajo es consecuencia de la situación sanitaria actual y pretende cubrir el vacío jurídico en relación al trabajo a distancia ocasional que se producía en un contexto anterior a la pandemia. Observa que “en el ámbito asegurador no existe convenio colectivo que regule el teletrabajo, siendo en el proceso de negociación, actualmente abierto, donde se abordará por primera vez la regulación nacional en esta materia. Por tanto, no existe norma sectorial aplicable a excepción de la declaración relativa al teletrabajo de los interlocutores sociales europeos del sector seguros, firmada en Bruselas el 10 de febrero de 2015. En ING también se adelantaron a la nueva norma. Isaac Vitini, director de RRHH de la entidad, apunta que “cuando entró en vigor ya teníamos implantado un modelo de teletrabajo El teletrabajo ha supuesto un cambio de mentalidad ya que modifica la forma de trabajar y sobre todo cómo entendemos el trabajo , pero en ningún caso ha supuesto un gran impacto en el día a día de los profesionales ni en nuestra cultura de gestión de personas”. Los directores de RRHH y los expertos en laboral son bastante críticos con la nueva norma. Rueda comenta algunas posibles mejoras para ajustarla “a las necesidades de cualquier organización, podríamos decir que existe en ella un escaso margen negociador en el ámbito empresarial”.