LA BANCA SE BATIRÁ AHORA POR DISEÑAR EL PRODUCTO MÁS SIMPLE
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La nueva regulación limitará la venta hasta de los depósitos estructurados. La nueva normativa de protección del pequeño inversor Mifid 2, que limitará severamente a qué públicos dirigir los productos complejos, amenaza con imponer entre los bancos un nuevo pulso. En aras de aumentar la protección del particular, la nueva directiva europea elevará las exigencias de transparencia e información a los clientes a la vez que impondrá la necesidad de realizar test de idoneidad a la hora de comercializar cualquier producto mínimamente complejo. Aunque cuando el test de idoneidad señale que determinado producto no es conveniente para cierto cliente, este podrá contratarlo igualmente redactando su conformidad de su puño y letra.
Sin embargo, “la banca evitará venderle el producto aunque el cliente firme que lo quiere porque si luego les lleva a juicio será difícil que la entidad gane”, advertía ayer Ana García, directora del Área de Derecho Regulatorio del Departamento Bancario y Financiero de la consultora Baker & McKenzie, en un encuentro con prensa organizado por CFA Academy for Financial Journalists.
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