NACHO LLORENTE, HASTA DICIEMBRE QUE FALLECIÓ, DIRECTIVO DEL IEB
El 27 de julio recibí un correo de Nacho con el Asunto: “Abriros mi corazón y contaros mi situación actual”, en el que me adjuntaba un documento que enviaba a los amigos. En él describía su situación después de haberle diagnosticado un tumor cerebral. Reproduzco uno de los párrafos del documento que, íntegro, aparece en nuestra web, www.gref.org, sección artículos de Interés. Además, te recomiendo la lectura del artículo de Cristina Murgas aparecido en el diario católico Alfa y Omega y que puedes leer en el enlace http://www.alfayomega.es/135881/hablar-de-dios-con-la-boca-llena. “Os voy a contar una confidencia que seguro que os sorprende. Cuando os conocí —fuera una mera relación comercial, personal o de amistad— empecé a rezar por cada uno de vosotros todos los días, pues así lo aprendí de S. Josemaría. Me parece que es una de las cosas que uno puede hacer, rezar por la gente a la que uno quiere, con la que uno trata y se relaciona. No sé si habrá tenido algún efecto en vuestras vidas, pero mi deseo ardiente era que a través de mí os tropezarais con Dios, que es lo único importante. No se puede violentar la libertad de nadie, pero rezar sí se puede, confiar en la gente sí se puede, pedirle a Dios que remueva vuestro corazón sí se puede y quereros a cada uno sin decíroslo sí se puede. No solo se puede sino que se debe, respetando exquisitamente vuestra libertad, al igual que Sta. Mónica, que rezaba día tras día para arrancar la conversión de su hijo S. Agustín. De verdad, de verdad, de verdad, pedid a Dios que os dé la alegría y la paz, que tengáis la fortuna de tropezaros con Él, que en vuestras vidas seáis plenamente felices”. Un contacto reciente con el IEB ha hecho que me acordara especialmente de Nacho y de su carta, y me animara a su difusión. Paco Segrelles.