SOLEDAD Y COMPAÑÍA, por Olegario González de Cardenal
en La Tercera de ABC. 28-12.
En nuestro origen está un “querer”. Existimos porque Dios nos ha “querido” en el doble sentido del verbo querer: como “decidir” y como “amar”. Nos ha creado y ha nacido entre nosotros. De esta fuente vivificadora vienen nuestra afirmación y celebración de la Navidad. No es la mitología del sol vencedor u otra efeméride cósmica. Es la proclamación de que ese Dios que nos ha “querido” se inserta en nuestra historia, la asume y goza, la padece y la transforma. Y desde ahí nacen también la alegría y los cantos cristianos de los días navideños. Los cristianos invitamos a conocer y a cantar al niño de Belén, en quien Dios se hizo vecino nuestro y compañero de nuestro camino. Antes que Dios Excelso del ser abstracto es el Dios humilde del hombre concreto.