BARREN PARA CASA
Editorial de Dinero y Derechos, suplemento de OCU- Compra Maestra, nº414 (mayo 2016).
Si tienen pensado acudir a su oficina bancaria en busca de consejo para invertir sus ahorros es mejor que se lo piense dos veces, lo más seguro es que salgan de allí con un traje a su medida. Aunque ese “su” no se refiere a la suya sino a la de la propia entidad: un producto estándar diseñado por sus cerebros de mercadotecnia, lo aparentemente seguro como para no asustarle y lo suficientemente ambigua como para ofrecerle el oro y el moro aunque sin garantizarle nada; eso sí, pasando siempre por el peaje de los productos con mayores comisiones o beneficiosos para la entidad. Y es que su perfil como ahorrador en general poco o nada le importará al asesor de turno. Esas son las conclusiones que hemos obtenido tras enviar a nuestro colaboradores a visitar, de forma anónima, varias sucursales de las principales entidades bancarias. Y termina el artículo así: “Las entidades rara vez se ponen en la piel del ahorrador: no plantean una cartera diversificada ajustada a una estrategia de inversión acorde a cada perfil planteado, y desde luego no ofrecen fondos que sean externos a los de la gestora afín a la entidad. Sólo ofrecen los de la propia entidad, que no suele destacar por su buena gestión y sí por sus elevados gastos, de modo que las comisiones de gestión se repartan bajo la máxima de que “todo queda en casa”.
No creemos, en absoluto, que la conducta descrita sea una actitud generalizada. Pero basta que se haya dado aisladamente para que tomemos nota en nuestros planes de formación.