SANTANDER: “LA REESTRUCTURACIÓN NO PUEDE DARSE POR CERRADA”
Cinco Días. 16-5.
De un artículo de Ángeles Gonzalo.
Parece que sí, que pese a que algunas entidades lo nieguen y pese a que otras aseguren que tienen planes consistentes de futuro, la reestructuración del mapa financieros español aún no está cerrado. Cierto es que el Banco de España lleva más de un año insistiendo en ello, y cierto es que las entidades financieras candidatas a ser absorbidas niegan por activo y por pasivo esta posibilidad con el argumento de que son los consejos de administración, los accionistas y el Banco Central Europeo (BCE) los que tienen que decidir, no el Gobierno de turno o ya la institución que lidera Luis María Linde. De momento, hay que esperar a la entrada del nuevo Gobierno para ver si la cacareada desde hace tiempo operación de absorción de Bankia sobre BMN se lleva a cabo. No a todos los banqueros les parece bien que dos entidades públicas se fusionen, aunque sea con el beneplácito de Bruselas y del Gobierno. Además, tampoco está tan claro que la Comisión Europea diese el sí definitivo si hay quejas generalizadas del sector, apunta una fuente financiera conocedora de la situación. Si el resto de los competidores no pone pegas a la operación sería más fácil que la CE diera luz verde a esta fusión en cuanto el nuevo Ejecutivo se lo planteara oficialmente (ahora hay una comunicación a la CE del Frob).
Ya lo advierte Santander en su informe anual. “La competencia se ha elevado tanto entre las propias entidades como con los nuevos participantes. Así, la banca en la sombra ha seguido ganando peso y continúa el crecimiento de entidades financieras no bancarias que están centrando su negocio en nichos del sector como los medios de pago, el asesoramiento financiero o el crédito”. Ante ello, el banco que preside Ana Botín asegura que en “este contexto, el proceso de reestructuración del sector no puede darse por cerrado. La gran mayoría de entidades está acometiendo cambios en la cultura, de cara a recuperar la confianza de la sociedad y, en general, todas requieren adaptarse a la revolución digital, que va a marcar el modo en el que las entidades se relacionan con sus clientes, el nivel de servicios prestados y la eficiencia de los procesos”. Y añade: “además, las entidades internacionales se enfrentan a tendencias sociodemográficas divergentes, con un marcado proceso de envejecimiento en las economías desarrolladas un fuerte aumento de las clases medias en las economías emergentes, que van a requerir estrategias diferenciadas según los mercados”. Todo un aviso a navegantes.