DETERIORO DEL RESULTADO
Expansión. 16-5.
Las aseguradoras, en general, y las de automóviles, en particular, se enfrentan a una encrucijada marcada por un previsible deterioro de su rentabilidad a corto plazo. La fuerte competencia que vive el sector en los últimos años ha llevado a las entidades a ajustar sus precios al máximo para intentar no perder clientes en un entorno de caída del negocio agravado por los efectos de la crisis. La cuestión es si ahora esos precios son adecuados para afrontar el aumento de la siniestralidad y las mayores exigencias que recaen en las aseguradoras. La Dirección General de Seguros ha irrumpido en este escenario y ha dejado claro que las entidades deben cobrar un precio suficiente en todos los ramos para que la compañía pueda cumplir sus compromisos. Encontrar el punto de equilibrio en sus tarifas es el dilema al que se enfrentan las compañías. ¿Cómo se traslada esto al bolsillo de los clientes? No hay café para todos, sino segmentación de carteras, y los asegurados con menor siniestralidad se llevarán la mejor parte y viceversa.