LA DIGNIDAD, MATERIAL INFLAMABLE
De un artículo de Santiago Álvarez de Mon. Expansión. 8-6.
Muchos políticos sólo ven en los ciudadanos un medio para sus fines, un trampolín para sus ansias de poder, un sedante para su inmenso ego, un desahogo para su sentido mesiánico. El trato infantil a ciudadanos, el peloteo continuo, la permanente alusión a derechos y libertades, sin mencionar deberes y responsabilidades, también es un ataque a la dignidad. Unos por exceso, sobreactúan constantemente, otros por defecto, alérgicos a cualquier tipo de emoción que no entre en su reducida álgebra, el balance final es bien pobre. Sólo aquéllos que entiendan las claves económicas, sociales, psicológicas, morales, de una convivencia deteriorada podrán liderar la conversación pública. Como ciudadano escéptico sólo pido que no nos traten como estúpidos. Es indigno e igual que a un ruso criado en el sufrimiento, me cabrea.