LA INSEGURIDAD DE LAS ASEGURADORAS
El País Negocios. 12-6.
El mercado asegurador atraviesa ahora por una de las múltiples y continuas fases de reajuste propias de los negocios maduros, en los que la rentabilidad se ventila en los detalles. En teoría, deben aprender de la banca, que empieza a convencerse de que la supervivencia exige acostumbrarse a márgenes estrechos y esperar un ciclo próximo de tipos altos. Los tipos de interés bajos perjudican también a las aseguradoras, pero éstas cuentan con mayor margen para subir las tarifas. Que ésta no es la solución definitiva, parece evidente; pero la evolución empresarial se compone de parches provisionales aplicados a la espera de cambios de ciclo. Sin embargo, una de las pocas garantías de estabilidad para las aseguradores es mantener una clientela fiel, al modo tradicional, que no se pliegue fácilmente al reclamo de competencia para bajar las primas. Hay que admitir que sí, que las condiciones financieras son duras y que los tipos de interés bajos estrangulan algunas hipótesis de crecimiento. Son condiciones coyunturales, no obstante; no es previsible que el área euro mantenga el coste del dinero próximo a cero más allá de mediados de 2018 (por citar un horizonte difícil de calcular) y, desde luego, también es cierto que el BCE compra deuda de las aseguradoras (y de otros mercados) como colateral y esa decisión es un alivio de liquidez.