CONCENTRACIÓN EN LA INDUSTRIA ASEGURADORA
ABC. 18-4
El dinero barato merma el negocio de los seguros y fuerza una ronda de fusiones. Pequeñas compañías del sector, familiares y muy solventes, despiertan el apetito de grupos grandes y medianos.
El mantenimiento prolongado de la política de bajos tipos de interés, afecta ya a sectores que hasta ahora habían conseguido, no sin esfuerzo, resistir. Es el caso de la industria aseguradora que ve que este contexto va a acelerar, ahora sí, el proceso de concentración que lleva años anunciándose. Pese al ajuste de los últimos año, el tamaño medio de las aseguradoras nacionales sigue siendo pequeño en relación con el resto de Europa. La nueva normativa de capital Solvencia II, que entró en vigor en enero, exige mayores niveles de capital a las entidades y penaliza la concentración de riesgos.
Sin embargo, esto no es el gran quebradero de cabeza para el sector. La mayor presión viene sobre todo por lo mayores requisitos de control interno y reporte de información al supervisor y al mercado, que exige más recursos humanos y técnicos. Por eso a lo inicialmente previsto, los mayores requerimientos de capital han quedado minimizados como detonante del proceso de fusiones. La actual política monetaria ha hecho que la oferta de productos de vida-ahorro garantizados pierda atractivo y muy parecido ocurre con los seguros de automóviles. En este escenario, las pequeñas aseguradoras y, principalmente, las familiares, son las llamadas en primer lugar a consolidarse. Y no es cuestión de solvencia porque precisamente lo que pueden aportar estas pequeñas empresas es mejorar capital de las que les absorbe.