EL BCE REPRENDE A LOS BANCOS POR OCULTAR INFORMACIÓN DE ALTOS CARGOS
Por Inés Abril. Ex.2-5-22.
Es la norma desde 2014: el Banco Central Europeo (BCE) tiene que dar su bendición a los altos cargos y consejeros que quieran asumir las riendas de las entidades financieras. Pero eso es solo el principio. La aprobación no implica una carta blanca hasta el infinito, porque la capacidad de quienes tienen las máximas responsabilidades bancarias se testa día a día y puede desaparecer de un momento a otro. “Los bancos deben garantizar la idoneidad de todos los miembros de su órgano de administración de manera continua y están obligados a notificar a sus supervisores nacionales y al BCE cualquier cosa que pueda afectar a su aptitud”, asegura el banco central en su último informe de supervisión. Y no lo hace por constatar un hecho, sino como un tirón de orejas al sector por haber fallado en esta tarea en 2021. El BCE realizó el año pasado 17 reevaluaciones de varios componentes en activo de consejos de administración de bancos en ocho países europeos ante sospechas sobre su idoneidad, pero lo tuvo que hacer con sus propias fuerzas, porque solo en cinco casos fueron las entidades las que le comunicaron el hallazgo de nueva información. “En los otros 12 casos fue el BCE o la autoridad nacional la que se puso en contacto con el banco”, asegura el organismo, que explica que tuvo conocimiento de los problemas por vías alternativas, como denuncias anónimas, noticias de prensa, fugas de información o descubrimientos realizados durante sus propias tareas de supervisión.