EL PODER DÉBIL
Por Antonio Garrigues Walker. ABC. 12-1-23.
La cultura del diálogo en España está en los niveles más bajos de su historia y es preciso que la sociedad civil denuncie esta situación y exija comportamientos distintos. Todos tenemos que asumir que la superación de los conflictos solo se puede alcanzar a través del diálogo y que no es aceptable en forma alguna que en el mundo político se resistan a llegar a acuerdos en muchos temas concretos que mejorarían la vida ciudadana de forma muy positiva y en los que el esfuerzo, tanto el ideológico como el político, sería mínimo. Se nos intenta convencer de que el desencuentro por principio y por final es la actitud necesaria en toda negociación. Nadie está dispuesto a dialogar con nadie sobre nada y la culpa de ello la tienen siempre los otros y, además, al cien por cien. (…) A esta situación se une un descenso que parece imparable de los niveles éticos y un doloroso ascenso de la vulgaridad y la desvergüenza en las relaciones de todo género. Las instituciones de la sociedad civil –fundaciones, organizaciones sociales, clubes de opinión– tienen que denunciar esta situación y promover actividades que pongan en marcha una acción positiva que garantice una convivencia civilizada. Todos podemos hacer algo en este sentido. Pongámonos a ello.