EL TALENTO NO SIRVE PARA NADA
Por Francisco Alcaide Hernández, autor de Aprendiendo de los mejores (15ª edición), en Executive Excellence nº153.
Si todos tenemos talento para algo -entendido como la capacidad para tener un buen desempeño en alguna actividad-, la pregunta es inmediata: ¿Qué es lo que tenemos que hacer para brillar?
- Valentía. El conocimiento (teoría) le indica lo que hay que hacer, pero el expertise lo da la experiencia (práctica), y eso sólo es posible pasando a la acción. No se aprende a torear desde la barrera ni a hablar en público desde el patio de butacas.
- Actitud. Su actitud es la respuesta emocional que ofrece a todo lo que le ocurre, y es fundamental que esa actitud sea positiva, porque le guste o no, en el camino hacia la cima hay miedo, errores, fracasos, rechazos y otros sucedáneos.
- Relaciones. Para triunfar no es suficiente el talento y el trabajo duro, sino también aprender a estrechar y desarrollar relaciones. Uno solo está muy limitado: no puede saberlo todo y no puede hacerlo todo.
- Mentalidad. Básicamente hay dos tipos de mentalidad: fija y de crecimiento. La primera se basa en que usted es bueno o no para algo y punto. La segunda, considera que a medida que suma conocimiento y experiencia en algo se vuelve mejor. La gente ganadora está en el segundo grupo, se siente protagonista de su vida.
- Foco. Es sencillo de entender: para tener éxito hay que ser experto en algo, y para ser experto en algo tiene que echar muchas horas. El talento brilla en la medida que lo cultivamos, de otro modo va languideciendo poco a poco. Como decía Anna Pavlova, bailarina rusa: “Dios da el talento, y el trabajo transforma el talento en genialidad”.
- Visibilidad. Lo que no se conoce, no existe. No basta ser bueno y ponerlo en acción, sino que además tiene que preocuparse por comunicarlo y que los demás se enteren. El auténtico talento es la suma de dos cosas: saber hacer y poner en valor lo que uno sabe hacer. Y eso implica utilizar todos los medios disponibles a su alcance. Y recuerde: nunca gustará a todos ni en todo. Es ley de vida.