EN BUSCA DE FINANCIACIÓN ALTERNATIVA
Editorial de Expansión 20-2.
Si algo ha demostrado la crisis es que depender 100% de las entidades para lograr los recursos necesarios con los que emprender nuevos proyectos no es lo más aconsejable. Es por eso que diversificar las fuentes de financiación se ha vuelto tan importante. En ese sentido, existen fondos de deuda, que aplican tipos de interés muy elevados, pero, a su vez, también más flexibilidad en los plazos o en los covenants (garantías que exige la banca). Eso sí, hay que diferenciar bien entre aquellos fondos oportunistas que se dedican a comprar activos con grandes descuentos y conseguir rentabilidades de doble dígito, es decir, lo que se conoce como fondos buitre, de aquellos otros vehículos que pertenecen al direct lending y que, aunque no a cualquier precio, buscan apoyar realmente los proyectos de expansión internacional de las compañías. El Gobierno ha tenido mucho que decir en este sentido, con soluciones como el FOND-ICO Global o el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF). Todo esto viene muy bien porque, aunque ya se recupera la economía y, por ende, el crédito, el próximo ejercicio tampoco se prevé un boom por parte de la banca.