LA NECESARIA REVOLUCIÓN DE LA BANCA EN FAVOR DE SUS CLIENTES
De un artículo de Teresa Sánchez en ABCEMPRESA 24-1.
La autora alude en el comienzo de su trabajo a un «Decálogo para el cambio de la cultura bancaria» pero que no desarrolla, promovido por asociaciones y profesores universitarios. Entre las propuestas menciona el juramento hipocrático de los empleados de banca, la educación financiera o la responsabilidad social para que las entidades se vean obligadas a contribuir al progreso social.
A continuación recoge una cita del Prof. Fernando Zunzunegui quien advierte que la falta de credibilidad es un asunto que las entidades «deberían tomarse muy en serio» ya que supone «el mayor riesgo para un negocio que así no es sostenible». Pone como ejemplo de que las cosas no han cambiado , el hecho de que se aconseje a los clientes el traspaso de depósitos a fondos de inversión sin explicarles que esto conlleva un riesgo. Por otra parte, añade el Prof. Zunzunegui:»Los consumidores españoles siguen siendo absolutamente ignorantes en finanzas». Por su parte, la Presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN), cree que «no debemos cargar el peso en los ciudadanos. Igual que los farmacéuticos dan al paciente la medicina que necesita, las entidades financieras deben proteger los intereses de sus clientes y adjudicarles e producto que realmente les conviene».
Desde la AEB reconocen que «recuperar la confianza de los clientes es un de los principales retos». Sin embargo, piden realizar una distinción entre bancos. «No todas las entidades bancarias se comportaron de la misma manera. Los bancos de la AEB, por ejemplo, no solo no recibieron ayudas públicas de capital, sino que han contribuido con más de 10.000 millones de euros a resolver el problema de las entidades que entraron en crisis», indica un portavoz de la AEB, quien destaca la «labor pedagógica paciente» que se está llevando a cabo para explicar que «no hay economía pujante sin bancos sanos», subrayando que las entidades en su modelo de negocio han colocado al cliente en el centro de su actividad.
Finalmente, en la patronal bancaria coinciden con los promotores del Decálogo en que «Si el cliente y la sociedad progresan, el banco también lo hace, pues su función no es otra que la de contribuir al progreso de las personas y de las empresas».