LA PRUDENCIA IMPERA AL ENCARAR LAS INVERSIONES
Cinco Días. 16-5.
El pasado mes de abril registró toda una batería de datos que en apariencia apuntarían a una cierta estabilización de la coyuntura económica global pero, bajo la superficie, la supuesta mejora sigue todavía ausente. Buena parte del mejor tono al que aluden muchos analistas se encuentra en realidad relacionado con la continuación de la mejora en la evolución de los mercados financieros, como índices bursátiles y primas de riesgo, respecto a los mínimos de mediados del pasado febrero. Sin embargo, tanto indicadores de consumo como de producción industrial, como de resultados corporativos apuntan a una clara y continuada fragilidad de la economía mundial. Así mismo, los indicadores adelantados de actividad a nivel global siguen sin dar muestras claras de darse la vuelta respecto a su tendencia descendente.
Una excelente referencia del verdadero tono global a corto plazo es el índice compuesto de actividad PMI Manufacturero Global de JP Morgan, elaborado en conjunción con Markit.
Este índice mide los cambios en la actividad manufacturera global de un mes a otro. La agregación de resultados está basada en encuestas con la obtención de datos reales y proyecciones entre un amplia muestra de grandes empresas de todo el mundo. Un valor por encima de 50 indica expansión mientras que por debajo de 50 señala contracción de la actividad. Pues bien, en abril los resultados fueron pobres por no decir paupérrimos (un 50,1), en el límite entre expansión y recesión y el segundo peor dato en cinco años, por lo que la “recuperación” desde luego ni está ni se le espera a corto plazo.