LOS EXPERTOS AVISAN DE QUE LA PARÁLISIS POLÍTICA LASTRARÁ LA ACTIVIDAD Y LA AIREF CONSTATA QUE EL PIB SE RALENTIZARÁ CON MÁS FUERZA EN EL TERCER TRIMESTRE
ABC. 28-7.
«La incertidumbre nunca es buena para la economía, especialmente en un entorno global afectado por la multiplicación de conatos de guerra comercial, la desaceleración de China y la anemia que parece haber ganado la industria», reflexiona el director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres, quien apostilla que «una parálisis política prolongada acabaría por pesar sobre la inversión empresarial y la moral de los consumidores». «Lo que importa es un horizonte político estable, con un consenso en torno a reformas clave», apunta Torres. Rafael Pampillón, profesor en el IE Bussines, también se mantiene en esta línea. Según el economista, aunque habría que esperar a ver qué hacen con las subidas de impuesto prometidas, destaca que a los empresarios y a los consumidores «no les va a gustar pagar más impuestos». Por ello, según Pampillón, «eso va a retraer el consumo». Así, el profesor afirma que «sería mejor» una repetición electoral para la economía, ya que supondría la vuelta «a un sistema mucho más estable de mayorías, más bipartidismo», porque lo que se perderían «serían los extremos». Por otro lado, Miguel Cardoso, economista jefe para España en BBVA Research, apunta que si no hubiera habido un ciclo electoral en España, el PIB podría haber crecido entre dos y tres décimas más y se podrían haber conseguido entre 150.000 y 200.000 empleos adicionales. Sin embargo, valora que en esta ocasión «no hemos visto un aumento de la prima de riesgo ni que la incertidumbre haya crecido tanto como en 2015 y 2016», ya que «lo que está primando son las acciones del BCE» con unas medidas para «mantener los tipos de interés más bajos».