MAS PROTECCIÓN PARA EL CLIENTE BANCARIO
Editorial de Expansión 5-2.
La asignatura pendiente tras la crisis financiera es la imperiosa necesidad de acabar con la mala praxis en la comercialización de productos y servicios bancarios entre particulares y de implantar mecanismos de protección. Hasta ahora la avalancha regulatoria poscrisis se ha centrado en asegurar la solvencia de los bancos.
La venta cruzada de productos financieros es una vía muy lícita para aprovechar las sinergias y rentabilizar el negocio bancario que está cobrando fuerza en España, pero también es un campo abonado para que las entidades cometan abusos. Dicen los supervisores europeos que han detectado problemas legales que impiden el mismo grado de protección para los clientes bancarios, de seguros y de fondos y que “los consumidores de la UE están expuestos a un indeseable riesgo de daños”. Bienvenida sea la iniciativa de las autoridades europeas, que reclaman un marco legal para adoptar buenas prácticas de venta cruzada. Porque aunque el cliente también tiene que asumir su responsabilidad a la hora de contratar los productos bancarios, no siempre sabe distinguir la idoneidad del producto ni si se ajusta a sus necesidades o le compromete a largo plazo. Los discursos de los banqueros clamando por la ética de sus negocios no es suficiente.
Todavía no se han visto medidas concretas para acabar con la extendida práctica de usar las amplias redes de oficina para colocar el producto que conviene a la entidad.