OBLIGADO CAMBIO DE RUMBO PARA EL BCE
Editorial de Expansión, 8-3.
La rápida desaceleración de la zona euro ha forzado al Banco Central Europeo a cambiar el paso de su política monetaria. La debilidad evidenciada por la economía comunitaria y el amontonamiento de riesgos externos, que se plasman en la importante rebaja de las previsiones de la institución sobre el crecimiento y la inflación de la unión monetaria para este año y el próximo, llevaron a su presidente, Mario Draghi, a confirmar una nueva inyección de liquidez al sector financiero a partir de septiembre y también el retraso de la esperada subida de los tipos de interés al menos hasta 2020. Aunque la pronta reacción del BCE ante el cambio del ciclo, que contrasta con otras épocas en las que se acusó a la institución de pasividad ante el deterioro evidente de la economía europea, debería en teoría ser un motivo de tranquilidad, los mercados castigaron al sector bancario ante la perspectiva de un periodo aún más prolongado de rentabilidades mínimas. Revés para la banca. El enésimo retraso del incremento del precio oficial del dinero en la zona euro, unido al mantenimiento en niveles negativos de la tasa de depósitos, es un duro revés para el sector financiero.