PERSONA-MASA, UN PULSO DELICADO
Por Santiago Álvarez de Mon. Ex. 5-5-23.
No hay que despistarse, ni asustarse. La gran batalla por librar es la educación. Un aula es una ventana al futuro, un observatorio privilegiado, y mientras no revisemos en qué consiste educar, lo tendremos difícil. Seremos presa de un espíritu gregario, no pensaremos como personas únicas, irrepetibles, sino como masa. En aras de pertenecer a la banda, dimitiremos de nuestra mejor condición. ¡Y ojo con el efecto Internet, las probabilidades de idiotización, mal digerido y administrado, se pueden multiplicar exponencialmente! ¿Salida? Recuperar a Sócrates, preguntar, escuchar, debatir civilizadamente, pensar, convocar a la razón y al corazón… el viaje de la oscuridad a la luz. Guerra a la pereza, a la mediocridad, al efecto rebaño. El liderazgo –sea el de un padre, un maestro, un jefe, un político, un científico…– despierta al otro, no lo narcotiza. Le da las riendas de su vida, le anima a volar.