POR EL MAL CAMINO
Por Juan José Toribio, profesor emérito del IESE Business School. abc.es. 19-4-2020.
«Salvo contadísimas excepciones, la experiencia europea con empresas nacionalizadas ha sido siempre nefasta». Tal soporte comunitario se despliega en una ampliación de las líneas financieras del MEDE (con nula o muy suave condicionalidad), apoyo directo para entidades e instituciones sanitarias, avales del Banco Europeo de Inversiones para que las empresas puedan recibir toda la financiación bancaria que precisen y el llamado plan SURE que permitirá la debida atención a los trabajadores afectados. Queda además abierta la posibilidad de ampliar el presupuesto comunitario, con nuevos fondos de ayuda. Más importante aún es la disponibilidad del BCE para comprar la abultada cantidad de deuda pública que los Estados miembros de la Unión Monetaria y Económica deberán emitir. Tendrán que hacerlo para financiar el déficit que esta crisis va a provocarles, tanto por el lado de los gastos, como por el desplome de sus ingresos. Pero, junto a estos sensatos programas, la UE parece a punto de incurrir en un error de bulto, como es la nacionalización total o parcial de empresas para «salvarlas» de sus posibles carencias de capital. La Comisión Europea ya ha hecho ver que no se opondría frontalmente a este tipo de actuaciones, siempre que no «distorsionen los mercados comunitaritos», lo que constituye una contradicción en términos. Establece también la necesidad de aplicar normas de «buen gobierno» a las empresas así incautadas, como si eso pudiera asegurar su rentabilidad. ¿Cómo es posible que unas instituciones comunitarias, capaces de articular programas sensatos de apoyo, caigan también en admitir prácticas de intervencionismo, que nos devuelven a un pasado tan lejano como lamentable? Seguir leyendo en el siguiente enlace.