¿POR QUÉ LA ÉTICA PRÁCTICA ES NECESARIA EN LAS ORGANIZACIONES?
Un artículo de Enrique Campomanes en Capital Humano, abril 2017.
La ética es la inteligencia que permite desarrollar comportamientos preventivos y prudentes para activar alertas que impiden adentrarse en terrenos poco claros, resbaladizos que parece conducen a metas luminosas y productivas. Se basa en dos herramientas precisas que se tendrán que diseñar con tiempo y esfuerzo: la activación de la conciencia y la implementación de valores de crecimiento personal. La activación de la conciencia tiene como objetivo mejorar la atención personal en el trabajo habitual que tiende rápidamente a convertirse en rutinas automáticas y en consecuencia adormilar las alertas que nos avisan de la desviación del trabajo bien hecho. Esta activación de conciencia se debe combinar con la adquisición de valores éticos que nos permitirán construir un nuevo modelo de trabajo a través de hábitos conscientes y bien consolidados en el carácter. Aquí entra un factor fundamental que es la cultura de la empresa. Es imprescindible que los valores profesionales que se quieren incorporar en los comportamientos se complementen con los valores corporativos para que se pueda conseguir un efecto de sinergia y un equilibrio eficiente.